Cuando llega un divorcio vienen con él muchas incógnitas: ¿Qué pasará con los hijos (si los hay)? ¿Y con la casa? ¿Cómo la repartimos?
El escenario ideal: el acuerdo
Cuando se produce un divorcio o separación, el mejor escenario que se puede dar en la pareja es un acuerdo de solución en qué hacer con la propiedad o propiedades. Sin embargo, seamos sinceros, si la pareja no ha podido solucionar otros problemas mediante la comunicación, es muy difícil que se dé este escenario. Las tensiones por la separación o divorcio suelen arrastrarse a todos los terrenos, impidiendo llegar a un acuerdo entre las partes.
La venta de su parte como solución
Entonces, aparece un segundo escenario. Se trata de un escenario complejo, puesto que las diferencias entre las dos personas pueden incidir en una problemática mayor. Es entonces cuando hay que plantearse la venta de la parte inmobiliaria que le corresponde. Pero…¿puedo vender mi parte sin que la otra persona esté de acuerdo?
Lo primero que hay que estudiar es si hay hijos o no. En el caso de que la respuesta sea afirmativa, habrá que ver qué tipo de custodia se ha acordado.
Régimen de custodia monoparental, individual o exclusiva
Partiendo de que no exista acuerdo, el domicilio familiar corresponderá a la persona que obtenga la custodia del menor, también llamado «custodio». No importa si la propiedad es del progenitor «no custodio» de forma exclusiva, puesto que el uso queda reservado a quien conviva con el hijo o hija. Se trata de una medida de protección para con los menores.
Régimen de custodia compartida
En este caso los hijos permanecen con los progenitores de forma alterna mediante unos períodos. En el caso de no haber acuerdo, no existe precedentes por parte de la ley y deberá ser un Juez quien valore cada caso, siempre primando el interés del menor.
Régimen de custodia repartida, partida o distributiva
En este caso parte de los descendientes se van con uno y el resto con el otro. Sucede como el caso anterior, es un Juez el encargado de valorar quién necesita más hacer uso de la vivienda familiar. En este escenario también es posible la división de la vivienda familiar si esta es susceptible de ser dividida.
Familia sin hijos
En este caso la ley atribuye el uso de la vivienda familiar al cónyuge más necesitado de protección, incluso cuando la vivienda sea propiedad exclusiva del otro cónyuge o de ambos. Este escenario es especialmente complicado, pues el propietario de la vivienda familiar ocupada por el no titular puede querer vender la misma y encontrarse con dificultades a falta de consentimiento de la otra parte. Es en estos casos cuando más interesa contar con los servicios de especialistas.
Todos los escenarios tienen sus complicaciones y formas de proceder diferentes. Por eso, si te encuentras en medio de un divorcio y necesitas asesoramiento, ¡No lo dudes! Contáctanos sin compromiso a través de info@divisiohome.es.